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La contaminación de los océanos



¿Quién no disfruta de las vacaciones cuando va a la playa con la familia o con amigos? Disfrutamos del sol, la comida, los juegos y del agua del mar. Sin embargo, cada vez es más visible la contaminación de los océanos, pues vemos a animales atrapados en plásticos o nos topamos con basura mientras nos echamos un chapuzón en el mar. Esos son solo ejemplos de la contaminación en los océanos. Además, hay otros factores que afectan la gran biodiversidad marina y que directa o indirectamente afectan a los humanos.


¿Por qué son importantes los océanos?


El océano es tan importante que tiene repercusiones en varias áreas de nuestra vida cotidiana. El océano regula y proporciona la lluvia, el tiempo, el clima, los litorales, gran parte de nuestro alimento e incluso el oxígeno del aire que respiramos.

Debido a que los océanos cubren las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra, es un hecho que más de tres mil millones de personas dependen de la biodiversidad marina para su sustento, pues los océanos son una de las mayores fuentes de proteínas en el mundo. Por otro lado, los océanos tienen un impacto positivo en el ambiente ya que absorben aproximadamente el 30 por ciento del dióxido de carbono que nosotros los humanos producimos.

A pesar de todos estos beneficios, el ser humano a través de sus actividades diarias y malos hábitos se empeña en contaminar tan rico recurso.


La contaminación de los océanos


Existen diferentes fuentes de contaminación de los océanos que van desde los derrames de petróleo, residuos tóxicos, el vertido ilegal hasta la acumulación de plásticos. No obstante, contrario a la creencia popular, los derrames de petróleo representan sólo el 12 por ciento del petróleo en nuestros océanos, siendo la basura, en especial el plástico, el factor más contaminante. Tanto es así que, según Conservación Internacional Perú, una organización sin fines de lucro que busca la participación de la sociedad en la conservación de los servicios que brinda la naturaleza, para el 2050 habrá más plástico que peces en el océano debido a los ocho millones de toneladas métricas de plástico que arrojamos a los océanos cada año.


A esto se suman plaguicidas, herbicidas, fertilizantes químicos, detergentes, hidrocarburos, aguas residuales, propios de la actividad humana. Y como si esto fuera poco, también están los contaminantes que son resultado de actividades industriales, por ejemplo, los vertidos industriales y la escorrentía procedente de explotaciones agrarias y ciudades costeras.


Consecuencias de la contaminación de los océanos


Las consecuencias de la contaminación de las aguas del océano no sólo son para las especies marinas, sino también para los seres humanos. Todo tiene que ver con el ciclo de vida. Por ejemplo, según National Geographic, científicos han llegado a la conclusión de que los medicamentos ingeridos por los humanos que no son procesados completamente por el organismo van a dar en el pescado, el marisco o la sal que consumimos.


Por otra parte, la basura que botamos, en especial el plástico, llega al mar y las especies marinas terminan enredándose en, por ejemplo, los empaques plásticos de latas. Otra posibilidad es que algunos animales confundan bolsas, espuma u otros desechos vertidos en el mar con alimento, y esto conlleva consecuencias desastrosas.


Y qué decir de las toneladas de plástico que andan por el océano que llegan a tener el tamaño de una isla o de un estado de Estados Unidos. Este plástico puede descomponerse y convertirse en microplástico, lo cual se degrada y libera químicos que contaminan aún más el mar. Esos contaminantes son ingeridos por los peces o los mariscos de consumo humano.


Y así como en el caso del plástico, el derrame de petróleo también trae consecuencias que a la larga nos afectan a todos. Aquí sucede algo similar, los mamíferos marinos, como focas y delfines confunden el petróleo con comida, lo ingieren y eso pasa a la cadena alimenticia, lo cual afecta a la salud humana.


Por último, está el vertido ilegal de residuos tóxicos que llegan a los mares a través de vertederos, minas, granjas y fábricas. Así, los productos químicos tóxicos y metales pesados, como el plomo, afectan a la salud humana y pueden causar daños en el cerebro, los riñones y en el sistema reproductivo.


¿Qué podemos hacer?


Como vemos, la problemática de la contaminación de los océanos nos concierne a todos. Puede que pensemos que la responsabilidad es de las grandes corporaciones como las petroleras. Sin embargo, todos podemos poner un granito de arena para solucionar este gran problema. Claro que las empresas deben adoptar medidas de sostenibilidad ambiental porque eso es parte de su responsabilidad social, pero nosotros también podemos poner en práctica algunos hábitos que ayudan.

Por ejemplo, podemos utilizar menos productos de plástico, hacer compras de productos de mar de marcas o comercios con prácticas sostenibles, usar productos biodegradables en las playas, no arrojar basura en los ríos ni en las playas, no beber agua embotellada, y reutilizar algunos productos de plástico siempre que sea posible y reciclar en los contenedores correspondientes.

¡Cuidemos juntos de nuestros océanos!

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